Escapadas al airelibre II: octubre 2012

Comienza una escapada más de las que nos gustan con locura, una pequeña travesía por estas montañas grandiosas del Pirineo.

7, 8 y 9 de agosto la fecha elegida.
Iniciamos esta bonita ruta circular en la localidad de Nerín. Salimos de ella en dirección Este, siguiendo las huellas del GR-15.

Un agradable paseo nos lleva hasta Sercué, un bonito pueblo, que tenia entendido abandonado, pero que descubrimos que sus antiguos o nuevos habitantes han vuelto recuperando estas robustas construcciones. Pasamos junto a su restaurada ermita y alcanzamos el O Portiello, punto en el que comenzamos el vertiginoso descenso para entrar en el maravilloso y espectacular Cañon de Añisclo. Unos 200 y pico metros de desnivel en muy poca distancia, pero sin ninguna duda encantadora bajada que nos deja junto a las aguas del río Bellós.

Nos aproximamos hasta la Ermita de San Úrbez, puerta a esta espectacular herida abierta del Macizo de Monte Perdido, y comenzamos a remontar el cañón por un camino que no presenta ninguna complicación y perfectamente identificable. Disfrutamos de las numerosas cascadas y murallas de más de 600m de altura que las encierran, hasta alcanzar la zona de la Ripareta, poco mas de la mitad de nuestro primer día de ruta, descansamos y recuperamos fuerzas junto al río y junto a un gran número de personas.
Hasta llegar a nuestra zona de descanso nocturno, únicamente encontramos un paso algo complicado pero perfectamente habilitado con unas cadenas para evitar cualquier tipo de susto. Alcanzamos la Fonblanca un rincón espectacular, eclipsado tal vez, por sus vecinos valles de Ordesa o Pineta.

A los pies de esta magnifica mole pétrea, hacemos noche.

La tranquilidad reina el lugar, apenas unas diez personas estamos aquí.

Pronto se hace de día y proseguimos nuestros pasos hacia la siguiente meta, el collado de Añisclo. Tenemos que salvar un importante desnivel, unos 600m, pero solo las vistas que nos esperan al llegar a él merecen la pena. Alcanzada nuestra primera meta del día, nos encontramos con el valle de Pineta, incluido su parador nacional, a nuestros pies, el Balcón de Pineta, los Astazous, el Robiñera, la Munia...sin palabras.

Continuamos hacia el refugio de Goriz por lo que debemos salvar otro importante desnivel que nos llevará hasta los 2700m de altura, pasando por unas placas de piedra lisa, habilitadas con cadenas, pero que únicamente pueden dar un poco de YUYU si hubiese hielo. Vamos rodeando la Punta de las Olas (3022m), sin ascender a su cumbre, hasta enlazar con las vistas más espectaculares del Cañón. A 2700m la panorámica del fondo del Cañón no tiene palabras, hay que vivirlo. Descansamos un instante ante este magnifico lienzo, para proseguir en busca del collado superior de Goriz, poco antes de llegar a él hacemos una larga parada para recuperar energía. Goriz está a tiro de piedra de este collado, por lo que decidimos acercarnos hasta sus instalaciones, disfrutar de una merecida cerveza con sabrosas aceitunas aragonesas.

Nos alejamos de este lugar para evitar la masificación y abrir el ángulo de visión de este macizo y poder contemplar les Tres Soreres, en la tranquilidad de Cuello Gordo.

Una cena austera, aderezada por estas montañas nos hacen cenar mejor que en cualquier restaurante, y no encontrareis ningún hotel al que le hayan concedido mayor número de estrellas. Nos acostamos y al despertar la primera imagen que viene a nuestras retinas es la de Monte Perdido, desmontamos la tienda cargamos nuestra mochila y no lanzamos en la búsqueda de Cuello Arenas donde encontramos la pista que viene de Nerín, con la cuál coquetearemos hasta llegar de nuevo a este solitario pueblo en cuyo albergue refrescaremos nuestro gaznate con una fresca cerveza, antes de iniciar el regreso a Sagunto, donde nos espera la familia.